LA MARAVILLA DEL PODER VER

Tus ojos, son las perlas de tu existencia, son las flores que te adornan y la magnífica esencia que te acompaña; son tus luceros, esos que brillan en el cielo resplandeciente, esos que te dan una esperanza, aquellos que te dicen que si puedes aunque todo atente contra lo que deseas.

 

Esos dos luceros son la puerta que conduce hacia tu alma, son un pedazo de lo más profundo de tu corazón. Allí, en tus ojos, se esconde tus sueños más grandes, eso que anhelas con el alma, se encuentra tu dolor, tu tristeza y puede verse a través de ellos aquello que guarda tus entrañas, aquello por lo que suspiras diariamente y por lo que siempre vas a luchar.

 

Esas perlas que adornan tu cara, son la belleza más grande que oculta tu mirada…son tal vez el oasis en medio del desierto, ese lago que está cubierto con la pureza más grande y adornado con la inocencia de un dulce niño.

 

Tus ojos, son un estuche de cristal, fino, transparente, en donde guardas lo que consideras más bello… en este hermoso estuche están tus lágrimas, esas gotas de cristal que son la descripción perfecta de lo que estas sintiendo, este pequeño estuche las guarda bajo llave y las alberga en el lugar más especial que tiene en su interior.

 

 Pero hay momentos que se viven tan intensamente que es necesario abrir esa cajita y sacar esas lágrimas, es necesario botarlas todas, porque hay veces que nuestro estuche no aguanta más y se nos hace un nudo en la garganta, sentimos un dolor que se entierra en nuestro pecho, o una alegría que nos transporta hasta los senderos más bellos. Es tanto el sentimiento, que no hay otra manera de expresar lo que sentimos, sino con nuestro llanto.

 Pero que maravillosa es la sensación que alberga nuestro corazón en ese instante, que agradable es lo que logramos sentir y que descanso es desahogarnos con nuestras gotas de cristal; se siente algo tan maravilloso y en ese momento te conectas de una forma tan directa con tu interior que no quisieras darle fin a ese momento, quisieras que durara mucho más para sentirte en plenitud.

 

Tener el privilegio de juntar todo lo que compone nuestros luceros, da lugar al orgullo de tener la capacidad de ver.

 

 Podemos admirar los colores que tiene todo lo que nos rodea, podemos deleitarnos viendo un hermoso amanecer y así darnos cuenta que vivimos un día más bajo la presencia de aquellos que tanto nos aman. Puedes ver con tus ojos del alma y si lo logras, veras mucho más que color, encanto y un maravilloso amanecer; podrás sentir con tu mirada, lograrás descubrir lo que guardan los ojos de quienes quieres de verdad y ver a través de ellos, lo que su alma puede sentir y desear.

 

Puedes vivir con intensidad, porque tienes el grande regalo de ver… convierte tu mirada en un refugio para el que ya no tiene una esperanza, para el que necesita apoyo, para quien necesita sentirse amado, comprendido y apoyado. Que tu mirada sea el rayo de luz más especial de todo tu cuerpo, que sea palabras para quien no pueda escucharte, que sea alegría para quien tenga el gusto de deleitarte con tus ojos.

 

Todas las miradas guardan un secreto, el secreto de la verdadera identidad de cada ser humano, esconde la realidad de una vida, el anhelo de un corazón que siente, pero especialmente la capacidad que tiene de amar y ser amado.

 

Una mirada conquista y puede convertir un día oscuro en uno con un sol resplandeciente, puede traer una sonrisa a un rostro que ya no le queda siquiera una para dar y puede devolverte una alegría tan sorprendente que tus palabras no tendrán la capacidad para explicar la magnitud de esta.